Si hay un cantante que
símboliza perfectamente la explosión de la década del 70, por
unanimidad ese es Ismael Miranda, experimentado sonero,
percusionista, bolerista y compositor considerado, hoy por hoy, una
leyenda viviente de la música afroantillana.
Ismael nació el 20 de
febrero 1950 en Aguada, un pueblo costero del suroeste de Puerto Rico. A
la temprana edad de cuatro años, Ismael se trasladó a Nueva York
con su padre Ismael y su madre Ana Lydia Echevarría. Durante su
niñez y preadolescencia, los elepés de Felipe Rodríguez, Rolando
Laseria, Tito Rodríguez y Beny Moré se escuchaban en su casa al
igual que la música de Los Beatles, Elvis Presley y otros exponentes
del rock británico y americano.
Antes de triungar en la
música, Ismael trabajó duro para ayudar a sus padres. Recuerda
Ismael que para ganarse unos centavos tuvo que vender frutas y
cebollas, además de desempeñarse como limpiabotas y vender
palomitas de maíz en los teatros Jefferson y Puerto Rico de la Babel
de Hierro.
Su primer acercamiento a
la música fue en el rock. Tendría sólo once años cuando hizo sus
primeros pinitos junto al grupo Little Junior & The Classmate.
Sin embargo, a los doce años la cadencia del tambor y la sabrosura
de los ritmos afroantillanos subyugaron sus sentidos, comenzando a
tocar congas y bongó. Al mudarse junto a su familia a Calle 13 del
Lower East Side de Manhattan, entró en contacto con la salsa,
enriqueciéndose en materia de maña, conocimiento de la clave e
improvisación salsera en los rumbones de esquina.
Con el fenecido pianista
Markolino Dimond, organizó la banda Pipo y su Combo. Mientras
ensayaban una noche en el centro nocturno 3 & 1 Club del entonces
incipiente promotor Ralph Mercado, Ismael conococió a Andy Harlow,
quien lo reclutó para su banda. Tras año y medio con Andy, Isamel
fue contratado por el timbalero Joey Pastrana. La fecha del 17 de
mayo de 1967 Ismael jamás la olvidará: esa tarde en Nueva York
fue prensado el elepé “Let's Ball” grabadó en el estudio
Mayfair, en una producción de George Goldner.
“Let's Ball” fue un
proyecto orientado al boogaloo y al shingalin. Ismael grabó un par
de las composiciones de Pastrana estampadas en el elepé, pero el
éxito que más resonó de esta producción fue “Rumbón melón”,
hit que le capacitó para buscar fortuna en otra orquesta de mayor
factura.
Durante esos días, Larry
Harlow buscaba un cantante para sustituir al cantante cubano
Monguito, quien se lanzaba como
solista al frente de propio conjunto. Andy Harlow le recomendó a
Larry que contratara a Ismael. La noche de la audición con Ismael
ocurrió lo inesperado: sentado en un sofá para audicionarse se
encontraba Ismael Rivera, quien ya había labrado una carrera
respetable como vocalista de La Panamericana y del Combo de Rafael
Cortijo.
Ismael Rivera le dijo a
Larry que el chamaquito de Aguada era el cantante que necesitaba su
Orquesta Harlow. Así se escribió el primer capítulo de una de las
combinaciones o binomios musicales más explosivos y excitantes de la
salsa. En el otoño de 1967, tras meses de ensayos, Ismael Miranda
grabó como vocalista principal el lp de boogaloos y shingaling “El
exigente”.
En su fructífera unión
produjeron álbunes como “Orquesta Harlow presenta a Ismael
Miranda”, “Me and My Monkey”, “Electric Harlow”, “Abran
paso”, “Tributo a Arsenio Rodríguez”, “Oportunidad” y,
posteriormente en 1976, “Con mi viejo amigo”. De las grabaciones
editadas entre 1967 y 1972, surgieron éxitos como “La contraria”,
“El malecón”, “Se casa la rumba”, “Abandonada fue”,
“Tumba y bongó”, “La revolución”, “Señor Sereno”, “Las
mujeres son” y muchos otros que consagraron a Ismael como una de
las más versadas voces del género y que, a su vez, le
proporcionaron ser reclutado como solista de las Estrellas de Fania,
donde Johnny Pacheco le nombró “El Niño Bonito de la Fania”.
El 1972 fue el año en
que Fania Records se consolidó como el máximo imperio discográfico
de la salsa. Pacheco, Ray Barretto y Willie Colón editaron sus
últimos trabajos con El Conde, Adalberto Santiago y Héctor Lavoe,
quienes se lanzaron como solistas. El binomio Harlow Miranda no fue
la excepción. Después de vender más de cien mil copias del disco
“Oportunidad”. Jerry Masucci y Pacheco acordaron que Harlow debía
experimentar con nuevos proyectos y que Ismael debía lanzarse como
solista. Harlow reapareció en 1973 con la ópera latina “Hommy”
mientras ese mismo año Ismael estremeció el ambiente con un disco
considerado hoy uno de los grandes clásicos de la salsa: “Así se
compone un son”, producción que realizó en el estudio Good
Vibration Sound de Broadway, Nueva York.
Isamel, gradúandose como
productor y director musica, organizó la orquesta Revelación,
trabuco integrado por Oscar Hernández, Tato Santiago, Nelson
González, Nicky Marrero, el fenecido Frankie Rodríguez y otro
talentosos músicos.
Ismael y La Revelación
batieron marcas de ventas al popularizar éxitos como “Así se
compone un son”, “Mulence”, “Ahora si”, “Sonerito”,
“Cuídate bien” y los boleros “Sálvame” y “Las cuarentas”,
con los que revalidó sus quilates de señor bolerista. El
lanzamiento de “Así se compone un son” fue un suceso. Durante un
año, gracias a la acogida del referido clásico discografíco,
Ismael y la Revelación fueron la orquesta huesped de El Hipocampo en
Nueva York, desde donde se trasladaron a honrar compromisos
artísticos en Puerto Rico, Panamá, Colombia, Venezuel y otras
ciudades.
En 1974 Ismael desintegró
la Revelación para establecerse en la Isla del Encanto. Discos como
“En fa menor” y “Este es Ismael Miranda”, en los que estampó
las composiciones de Rubén Blades “Las esquinas son” Y “Cipriano
Armenteros”, le consolidaron como el solista más popular y mejor
cotizado de la salsa.
Ismael intervino en los
filmes “Our Latin Thing” y “Salsa” de las Estrellas de Fania,
producidos por el reconocido cineasta Leon Gast. En la Isla invirtió
sabiamente su capital en negocios, como el restaurante y centro
nocturno La Tarima. Desde Puerto Rico, recorrió el mundo junto a
las Estrellas de Fania y como solista del género.
Durante los 70, 80 y 90,
Ismael Miranda enriqueció su discografía con colaboraciones con
Impacto Crea, Willie Colón, la Sonora Matancera, Tito Puente, José
Nogueras, Andy Montañez, Junior González, Nano Cabrera y Andrés
Jiménez, El Jíbaro. Ismael tuvo la dicha de intervenir en el
histórico cd y espectáculo “The Mambo King 100th Lp”
de Tito Puente. Sus discos de boleros “Exitos de los 50”,
basados principalmente en la obra del fenecido Felipe “La Voz”
Rodríguez, son joyas del cancionero romántico al igual que su serie
de tres volúmenes con Niño de Trastalleres, Andy Montañez.
La aportación de Ismael,
quien brilló como animador de televisión en espacios como el
programa “Salsa”, al pentagrama folclórico y navideño ha sido
muy valiosa. Sus discos “Motivos de mi tierra”, “La mano
maestra” y “Felicitándote” se escuchan Navidad tras Navidad.
Actualmente Ismael
Miranda, el orgulloso padre de Adan, Ismaelito, Gisselle y
Cristi, distribuye su tiempo entre su familia, sus compromisos
artísticos y la adminsitración del Restaurante Calientísimo. El
Verdadero Ismael Miranda es un individuo sencillo, responsable,
tranquilo, buen amigo, tabajador, un hombre de mucha sensibilidad,
temeroso de Dios y de nobles sentimientos. Nunca olvidó a su
hermanito Héctor Lavoe. Estuvo con El Cantante en las buenas y las
malas. Y despidió su duelo, como hizo cuando en noviembre de 2000
perdió a su querido amigo Pete “Conde” Rodríguez, muerte que
sintió y lamentó como si hubiese sido la de su padre.
LA APORTACION DEL NIÑO
BONITO
La aportación de Ismael
Miranda no sólo se puede medir en términos de las producciones
musicales que ha grabado a través de casi tres décadas y media de
trayectoria artística. Ismael se ha destacado como autor. Su
cosecha más jugosa se remonta a los años 70, cuando en pleno boom
de la salsa aportó composiciones como “Señor Sereno”, “Abran
paso”, “Lamento guajiro”, “Que barbaridad”, “Así se
compone un son”, “Borinquen tiene montuno”, “Mi mami me
quiere” y otras a sus discos con la Orquesta Harlow, con las
Estrellas de Fania y como solista. De las composiciones que le han
grado otros intérpretes, la más popular es “Pa' bravo yo”,
número que consagró al sonero matancero Justo Betancourt.
Hoy día, Ismael es uno
de las voces más exquisitas del género. Mientras otros exponentes
de las salsa, se han visto en la necesidad de interpretar sus éxitos
de antaño en tonos más bajos, Ismael sigue vocalizando en los
mismos tonos, con una voz brillante y perfectamente afinada. Como
sonero y bolerista, es el modelo perfecto para los cantantes de la
nueva generación y las venideras.
Ismael es el intérprete
más polifacético del género. Ha cultivado con éxito prácticamente
todos los géneros. Del boogaloo al Shingaling; de la rumba al
guaguancó, del son montuno a la guajira; del bolero a la balada y de
la plena a la guaracha jíbara; es un maestro en el sentido más
amplio del término.
La contribución de
Ismael Miranda a la salsa trasciende los aspectos meramente
musicales. El primer galán de la salsa moderna fue Ismael. En la
tradición de Tito Rodríguez, el primer solista de la explosión
salsera de los 70 que se preocupó por proyectar una imagen
impecable, vistiendo a la última moda, fue el Niño Bonito de la
Fania. Otro de sus méritos, que van más allá de lo musical, es su
imagen. Siempre ha cuidado su reputación, comportándose como un
caballero, dentro y fuera de la tarima.
Sin duda alguna podrán
disfrutar de la magia, el sabor, la espontaneidad, la veteranía, el
sentido rítmico, la clave y el sentimiento de Ismael Miranda en
todos sus trabajos discograficos pero muy en especial en el “Live
From San Juan, Puerto Rico”
Sin considerar sus
incursiones con la Fania All Stars, “Live From San Juan, Puerto
Rico” es el primer disco en vivo que se edita de Ismael Miranda. El
honor le ha correspondido a la multinacional Universal Music Latino.
El mismo fue grabado en
el mes de noviembre de 2000 en The Arena at Pier 10, en Puerta de
Tierra, San Juan, Puerto Rico.
Autor: Jaime Torres
Torres
Notas tomadas del Cd de
Ismael Miranda
“Live From San Juan,
Puerto Rico”